viernes, 22 de febrero de 2013

ASPECTOS QUE DETERMINAN LA IMPORTANCIA DE UNA OBRA

La importancia de una obra, va a depender de varios aspectos relacionados con la misma. Por un lado, están aquellos elementos de interés derivados de su publicidad, de su trayectoria, del prestigio del autor y de las necesidades del mercado; aspectos estos que se construyen en la trayectoria del artista y por otro lado están los elementos de interés derivados de la obra en sí.

Estos elementos de interés se derivan de la elección de la propuesta, de la composición, gráfica, tonos, matices y profesionalidad del trabajo, así como, de la comunicación que establezca con el apreciador, la originalidad o el contenido emocional, intelectual o motivación que de la obra se desprendan. ¿Cómo evaluar estos aspectos?

Comencemos estudiando la proposición. cuando el contenido temático de la proposición artística es de características generales, universales o trascendentes, en otras palabras, cuando el tema afecta, atañe o interesa a la naturaleza humana en su totalidad, por ejemplo: una proposición sobre el nacimiento o perdida de un hijo, como hijos somos todos, todos nos podemos identificar en ese tema y de entre todos, siempre existe una mayor posibilidad de interesarse por esa proposición que por una proposición particular o fragmentaria, pongamos por ejemplo: la imagen de una chupaya. Lógicamente la imagen de una chupaya es típica de algunos países latinoamericanos y los latino americanos se pueden identificar en ella, pero para el resto es un sombrero nada más. Lo que reduce el grupo de interesados en esa proposición. Podrían eso si interesarse en el oficio, los colores, etc etc, pero eso es otro aspecto, no es el valor porpositivo el que los motiva a interesarse sino otro valor.
Las propuestas de valor propositivo, han de ligar el aspecto universal con el aspecto personal en lo emblemático. Si el sombrero que es un elemento de valor individual o personal, está ligado a la universalidad de proteger del sol al humano, en ese caso la chupaya se transforma en el emblema protector del sol y adquiere su máximo de valor, porque unifica al humano que necesita protegerse del calor con el emblema del sombrero que lo protege. En ese caso se unen la proposición universal del humano, con la naturaleza del emblema protector del sol que es el sombrero.

Otro aspecto de interés es el compositivo. Si la composición plantea una idea inteligente, e interesante para la mayoría de los espectadores, por ejemplo el matrimonio y el autor, analiza la disposición de la escena en donde se representen los aspectos fundamentales del matrimonio, ya sea la caracterización de la esperanza en el gesto de los participantes o representa a los involucrados describiendo la caracterización de cada uno de ellos. Los padres con la actitud de imaginar esa posibilidad de ser felices todos, los novios en la actitud de entrega mutua por el bien del otro, etc, etc. Es más probable que los casados o adolescentes que esperan ese momento se identifiquen con  la caracterización fundamental expuesta por el autor y su obra adquiera un máximo de interés; pero si en la composición de la escena, se presenta unicamente la pasividad de dos personajes que intercambian una alianza, podría dejar un gusto a poco en muchos de los espectadores de la obra. Por lo mismo la composición en idea es muy importante trabajarla hasta el encuentro con lo emblemático que los vincule e interese. Por otro lado está la composición de la imagen. Ya tenemos la idea precisa y ahora debemos representarla en imagen. Si la composición de la imagen no está compensada, ajustada a las normas de simetría o de proporciones áureas o de cualquier establecimiento de ajustes en los espacios de que se compone la obra, lógicamente dejará sentir insuficiencias en el apreciador y este, "sentirse insatisfecho" frente a la obra merma su atractivo. Por eso la composición exige del máximo de argumentación en la idea y del máximo de compensación en la imagen formal. La suma de estas dos áreas de interés, en su resolución, garantizan el atractivo de la obra y de este atractivo se deriva el valor compositivo.

Otro aspecto a valorar en una obra plástica es su gráfica. Por gráfica se entiende la suma de precisión y de destreza manifiesta en el trabajo plástico. Precisión es un aspecto atractivo y motivante. Cuando se reconoce la perfección de lo representado, el observador admira el sentido de proporciones del autor, así como la pericia en su realización. Pero las cosas representadas en sus justas proporciones, en ocasiones, nos parecen frías, carentes del elemento de dominio que nos demuestra la destreza. Las manos de las Meninas o de las Hilanderas son precisas y al mismo tiempo diestras, son solo unas manchas que nos provocan la sensación de ser manos, pero solo son  manchas, eso admira aún más que las manos pintadas por Claudio Bravo, porque al estar tan dibujadas y proporcionadas, producen la sensación de ser artificiales o fotográficas. El valor gráfico se deriva de la unión de esa dualidad entre lo preciso y lo diestro.

Además de estos valores, existe también el interés tonal. Por tono entendemos el grado de claro oscuro que contiene un matiz o un color. Los tonos producen altos o bajos contrastes. En un cuadro los altos contrastes suelen estar en el centro focal de la composición y los bajos contrastes, suelen completar al centro focal en la periferia, de esa forma se demuestra la ambientación lumínica de una realidad. Cuando la representación tonal se ajusta a la sensación de espacio luz, la obra adquiere el interés por ser adecuadamente iluminada. pero en ocasiones las propuestas pretenden otro logro que el lumínico, en cuyo caso la variedad y riqueza en cantidad de tonos, provoca el interés por su extensión o calidad. En ambos casos, la suma de altos contrastes y bajos contrastes en multitud de diferencias despiertan el atractivo en la obra y esta adquiere valor tonal.

Quizá sea el valor cromático el que nos resulte más familiar de todos estos. Por valor cromático se entiende la conectividad entre colores, la asociación de cálidos y fríos, de gamas altas, medias o bajas. el valor o interés cromático, va a depender del uso de los colores en armonía, armonía es la ligazón entre colores que decreta una unidad, ya sea, porque todos los colores participan de un comodín compartido, por ejemplo, todos los colores contienen algo de amarillo, o porque los colores se ligan en una determinada gama elegida, ya sea cálida o fría, alta, media o baja, etc.pero es esa afinidad entre colores la que provoca la sensación armónica y la que produce el atractivo que denominamos valor cromático.

Otro valor importante es el oficio. El valor técnico es uno de los mayores atractivos en las artes plásticas, lo bien hecho motiva a poseerlo. La calidad de una trabajo dependerá del dominio de los procesos que el artista disponga en ellos. Oficio es el dominio de una técnica y técnica es un hábito repetido. La demostración del dominio de los oficios manifiesta en ellos, dos caracterizaciones importantes: la tradición y la espontaneidad. Lo exploratorio por si solo no manifiesta dominio en ello, pero el dominio de los oficios tradicionales, demuestra depuración. La suma de la depuración y la espontaneidad adquiere un valor por lo atractivo de su demostración. Ese es el valor profesional.

Hasta ahora hemos visto aspectos de interés comparables, pero existen otros valores en el arte no comparables, me refiero a los valores de originalidad, comunicación y los netamente emocionales, intelectuales o motivacionales. Vamos a revisarlos uno por uno.

El valor original de una obra se desprende de las preferencias típicas del autor.  Esas preferencias propias del mismo, generan la caracterización e identidad de su origen, el autor. Así reconocemos todos con facilidad los cuadros de Van Gogh, o Picasso por sus preferencias manifiestas en sus obras y por el contrario, nos resulta difícil reconocer las diferencias entre Alyssa Monks y Karin Kneffel, a pesar de que trabajan el hiperrealismo en diferentes elementos, pero, en oficio y temáticas son difíciles de distinguir. La originalidad del autor también determina dos aspectos de importancia, el del refinamiento de sus particularidades y lo común de su elección. Estos dos aspecto de refinamiento y lo común, en su justa media adquiere un atractivo al que denominamos valor por originalidad.

El valor comunicativo de una obra se desprende del cómo el otro reconoce lo ofrecido. Si el espectador reconoce la proposición y en ella el sentido que el autor quiso depositar en ella, se produce la comunicación objetiva y eso interesa al ser reconocido, pero además es necesario que la obra manifieste algo más que lo objetivo, porque sino, el atractivo se reduce a lo reconocido y cuando eso es manifiesto de una forma concreta,  con el paso del tiempo no deja lugar a más y cansa a quien lo observa sin algo más que posibilite el despertar de su imaginación. por lo tanto lo objetivo, ha de contener también alguna dosis de subjetividad que posibilite la imaginación del observador. En esa dupla se establece el valor comunicativo. Neruda pidió a la mujer que se calle, eso es objetivo, pero lo escribió de una manera subjetiva y eso lo  transformó en un poema: "Me gusta cuando callas porque estás como ausente, mariposa en arrullo". La suma de lo objetivo con lo subjetivo despiertan el interés y eso valida la comunicación, la hace interesante.

El valor emocional se deriva de la captación de la máxima necesidad. Cuando Picasso pensó en el Guernica, captó la necesidad de representar algo existente y compartido en ese momento; la guerra.
Al captar una necesidad globalmente interesante, la necesidad de la paz y describir los horrores de la guerra, su proposición adquiere un interés máximo.
 El valor intelectual se deriva del reconocimiento del juicio justo. Cuando la razón justifica una verdad y esta queda manifiesta en el cuadro, el trabajo adquiere el atractivo intelectual.
El valor motivacional se desprende del cumplimiento de lo debido.

Estos valores que he explicado aquí,  se deben ligar en la armonía de sus dualidades. Esa unión de los máximos valores contenidos en el arte son los elementos de interés que motivan a la apreciación y adquisición de las obras de arte. Estos valores los estamos enseñando en nuestra academia y orientamos a los alumnos a captar las máximas necesidades válidas para todo, para que al realizar aquello que es siempre y para todo válido, no perjudiquen nunca a nada. Esa, creo yo, ha de ser la orientación del arte, lo excelente, lo justo y lo máximo necesario.

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