Antes de invertir en obras de arte, es necesario comprender el juego de
las finanzas en lo que al arte se refiere. Las obras de arte no suben ni
bajan sus precios por la sencilla razón de que no tienen precio. El
arte no es un articulo ni de primera necesidad, ni regulado por
controles de calidad, ni por mercados que definan un precio promedio. El
arte no funciona como otros comoditis. Esa caracteristica propia del
ate es la que nos permite ganar mucho con una obra de arte.
¿Cómo se multiplican las finanzas del inversionista en arte? Lo primero
que se debe conocer es la caracterización o personalidad del artista en
el que se pretende invertir. Si el artista es prolijo, prudente, firme e
inteligente. Si tiene cierta continuidad dentro del mercado, o ha hecho
escuela y vende regularmente, es muy probable que sus precios, en su
continuidad vayan en aumento. Si funda una institución de prestigio y
esta es reconocida por el ambiente artístico, lógicamente está haciendo
historia y eso es en si mismo una inversión, por lo tanto, invertir en
él, es transformarse en cooparticipe de su prestigio. Es importante
distinguir aquí la diferencia entre prestigio y fama. La fama es útil
para el autor y el inversionista en un momento, pero una vez que se
pierde, si no hay prestigio que la acompañe, la fama se va y se disipa.
Si se invierte en autores famosos cuyos trabajos son vulgares,
cotidianos, sin oficio o sin calidad, el inversionista arriesga perder
lo que invirtió, porque cuando se pierda la fama del conocido, lo que
resta es su trabajo y si este, no resulta ser del interés del público,
jamás se venderá al precio que se pagó por él cuando la fama del autor a
meritaba el adquirirlo a cualquier precio.
Pero si se adquiere una obra de un artista maduro, constante en su
trabajo y que realice exposiciones regularmente, la posibilidad de que
ese autor aumente sus precios en futuras exposiciones es muy probable.
Lo que el inversionista en arte debe hacer es, no solo comprar y guardar
la obra, no. El secreto está en vender esa obra cuando el artista
realiza una muestra o una exposición. En esos momentos se extiende
el interés por el artista y en esos momentos aumenta la demanda y es ahí
donde se sube el precio de la obra y se vende para repetir la misma
operación con otro artista o con el mismo.
El riesgo de perder la inversión radica en el carácter del autor y en su
conocimiento del oficio. Un artista sin oficio, ya está perdido.
Invertir en él es perder la inversión, pero un artista firme,
determinado a hacer carrera, prudente en la depuración de los oficios y
guiado por algún experto que garantice su continuidad, es un volcán de
beneficios.
Si se quiere invertir en arte, hay que ir y visitar los talleres, las
academias donde se preparan estos potenciales de inversión. Hay que
conocerlos, descubrir sus cualidades y sus defectos y dejarse aconsejar
por los maestros que los crían y cultivan. Incluso el mecenazgo de un
joven valor o promesa, hábil en el manejo de las técnicas y maduro en
personalidad, puede ser una inversión muy rentable.
Si necesitas asesoría sobre autores, precios o posibles promesas, nos
envías un correo a academiabellasartesmartinsoria@gmail.com visita
www.martinsoria.cl

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